Y como esto no es un acontecimiento importante
porque de hecho, aún no ha sido acontecido,
no acontezcás esperanzas
no te inventés ilusiones
y sabé amarlo desde que nazca
hasta que haya perecido
y cuando se haya ido
concentrate en ahorita,
con toda tu atención,
Sacá tu consciencia más consciente
con la certeza de quien no vuelve al pasado,
porque al vivir plenamente,
el pasado siempre será presente.
¿para qué? ¿para que tus pies no toquen la dureza de la tierra? ¿para que tus ojos no vean el mundo como el mundo es? no engañes a tus pies ni a tus ojos no engañes al mundo, ni a la tierra
Cantarás una ranchera
cuando me haya ido
y mis huesos descansen
en una tumba color turquesa
con flores de papel.
Sobrevolarán los pájaros
de panza amarilla
sobre mi epitafio
y el serrín maquillará
de color cera mi cara
Me esperarás
en las mañanas de niebla
tocando la armónica
como yo te esperé cada día
escribiendo poemitas
La luna entró en mi casa
sin llamar a la puerta
igual que las comadres
entran en casa de las comadres.
¿Cómo devolver la luna sin pedir permiso
a las estrellas fugaces?
Habiendo hablado con la noche
desde mi terraza,
tras negociaciones que me dejaron
insomne,
Convenimos, la luna y yo:
que ella iluminaría tu cama
y yo de vez en cuando te despertaré
solo de vez en cuando
Me subo a la silla tropical
para escribir sobre la luna
apoyando mi mano derecha
en su blanco seno.
La miro desde lo alto
con ojos de gato.
Polvo de estrellas,
lava en tiznes y grafito
marcan este globo,
que es el mundo mío
colgado de un hilo,
pendiente en el salón
Ulises vendrá a desinflar tu carne,
Las huellas se hundirán
como se hunden las arrugas
en mi lengua
Si me preguntan dónde fui más feliz,
en la terraza, les diré.
Mirando al volcán,
a los árboles llorones
durmiendo la siesta en la hamaca
los viernes
cargando mis piedras con la luna
desayunando café en la mecedora.
De pie, apoyada en la repisa,
espiando el jardín tao
con la mirada hacia arriba
escuchando jazz
encendiendo un globo de papel
y diciéndole adiós con la mano
suplicando que atraviese el muro
Fui feliz con el sonido de las campanillas indias bailándole
al viento de noviembre
mojándome desnuda e histérica
con el farolito de Ataco,
las conchas del Zonte,
los barriletes de Guatemala
la guitarrita de la estación central de autobuses
la máscara del maya
la caracola de Chachahuate
el mantel de San Marcos
y el flamenco de los Planes de Renderos.
Tenía una vecina a la que veía desde mi otra casa
subida a la terraza, con las rodillas pegadas al pecho
rubia y enojada,
bella
Pintada de rojo, o sucia e infotografiable
con la cena en la mesa,
y un vaso con agua y una rosa de matorral
con el barquito azul, amarillo y verde de la playa del Cuco,
que nos regaló el capitán Neptuno
En el atardecer rosa, frente al lilo
con los cantos de la misa y el vendedor de pan en bicicleta
cogiendo borracha
ahora, escribiendo este poema, tapada
con la cobija
Esperando a que la farola alumbre los doscientos cableados
y las nubes se pongan más y más moradas
con el temblor de la antena de radio
Contigo, fumando.
- Todas mis estrategias para recuperarle están fracasando, les dije a los poetas atravesando la Roosvelt, antes de enchilarnos y ver morir a Carlos delante de un platillo de aguacate.
Ni psiquiatras, ni madre, ni amigos... Yo como el hijo del pescador, que sabe que cenará abundante aún cuando su papá todavía no ha lanzado la pita del anzuelo ganador, así tengo la certeza de que me daré un festín cuando os hable de amor.
Conté a los poetas que te cité el tiempo líquido de Bauman, en respuesta a tu poderosa razón sobre la inmensidad de muchos meses y la inmensidad de 1 oceáno + 1 continente y 1/2 entre nosotros. Viendo que la filosofía posmoderna no había sido efectiva, continué con la teoría de las almas gemelas. El truco por la vía del espíritu tampoco resultó afortunado... ¡mira que son imágenes poderosas ambas!
- Cariño podemos expandir, encoger y malear el tiempo, ¡somos líquidos!, ¡qué importan la distancia y el espacio, si somos líquidos!
- Cariño, tú que has tenido la fortuna de coincidir con tu mitad y la abandonas a sabiendas, tendrás que pagar tu desagradecimiento el resto de tus vidas hasta volver a encontrarnos.
Nada. - El universo tiene un alma única, fue tu respuesta.
Te puse el vídeo de la lectura de Benjamín Prado sobre El Salvador, le decía al poeta de la sonrisa de luna creciente. ¡Mi vida, que si dejas de quererme no habrás estado nunca aquí, no habrás visto a los pelícanos volar sobre la playa del Cuco! - No voy a matarte nunca, mamasita. Le dije a los poetas que me contestaste.
No quiero escribir aquí. No quiero dejarte ir, pero lo hago. Lo hago.
Toco este globo y tiene el frío del suelo.
Con este acto espero nacer.
Las lágrimas con las que llore mi muerte saldrán de mis ojos cuando nazca, pero será otro río.
Mi muerte no será dejar morir,
dejar que ocurra, morir lentamente.
Será matar.
Matar todo lo viejo
Asesinarte eficazmente.
No permitiré pensarte en nuevas vidas.
Te mataré.
Y punto.
No irás a ningún sitio,
ni arderás, ni volarás a otros lugares.
No te reencarnarás, solamente no existirás.
Yo sin embargo, sí.
Yo floreceré
como florecen los geranios en las terrazas de invierno.
La misma flor se marchitará y volverá a crecer roja
de su tallo escamado. En este nuevo nacer, seré madre. Daré vida.
Pero antes de eso, se quemará mi alma y calentará con fuego mi vestido azul, lo fulminará. Y no lo veré, pero habrá sucedido.
Entonces, me pariré en el agua
y, cuando mi cabeza salga a flote, posiblemente ya no tendré los ojos azules.
No podré ver el mundo en su forma por el escozor de la venida y del agua.
Habrá estrellas de luz mojadas.
Haré un viaje de colores y reflejos, e inventaré un nuevo día.
Por mi 0 cumpleaños me regalaré una vida.
Sembraré, seré polen, un campo de flores voladoras
Sentirse en el mismo centro del centro de gravedad de la Tierra
Ser el eje inamovible sobre el que todo gira
Vaciarse y llenar el vientre con el universo
Ser más humana que nunca, menos animal
Ser carne, reencarnarse
Encapsularse no pudiendo oir, no ver, no oler, no tocar, no saborear
y Oir, Ver, Oler, Tocar, Saborear
Sincronizar lo espacial y lo temporal:
así se sincronice - así se aniquile
y una vez desprendido, desaprensivo
Aparecerse
Borraré para siempre mis fronteras, con paciencia, con suavidad infinita. Dulcificaré mi alma hasta que encuentre la calma, hasta que haga las paces conmigo. Me llenaré de alegría. Transportaré la llamada de la consciencia. Seré benévola. Pondré música en mi corazón.
A.J
Mi primera colaboración en El Salvador con la escritora Elena Salamanca en la ejecución de su performance Landsmoder, relectura de los eventos en homenaje al Día de la Independencia. Año 2011. Vídeo de Cristian González. Te odié entonces, por hacerme trabajar. Te amo ahora, por hacerme trabajar.
Hincada toda la vida frente a la virgen y a la bandera,
/desarrollé unas rodillas fuertes
para sostener a mi patria.
De la costra de mis rodillas nacieron todos los hongos
/de la tierra.
Frente a la virgen y a la bandera, de rodillas, recé y canté.
Crecieron mis rodillas hasta echar raíz,
hasta ser árbol,
madera,
mesa,
cama,
muleta,
atril.
Aquel sostén de niños que morían y se convertían
/en héroes y santos,
en héroes santos.
Alrededor mío crecieron todos los frutos de la tierra.
Cayeron al suelo y nacieron otros.
Tuve trigo.
Tuve harina.
Tuve pan.
Tuve hambre.
y nada probé.
II
Entre la directora y la virgen
yo no sabía a quién distinguir:
ante quién doblar la rodilla,
ante quién caer de hinojos,
ante quién besar el piso,
sentir el olor de santidad,
sentir el olor del plomo,
el olor del alcanfor,
y el olor de las rosas
que se desprende de la leche desperdiciada
/de la ubre de las vacas.
Entre la directora y la virgen yo no sabía distinguir,
pero la virgen era hermosa
y mi directora era redonda, no sonreía a los niños,
tenía unas piernas parecidas a los jamones
y usaba unos zapatitos diminutos
donde no cabían sus pies, y le impedían caminar.
Todos los días,
las niñas rezábamos por la directora.
Todos los días,
pedíamos a la virgen por esa hija tan suya
que había tenido a bien la caridad de construir nuestro colegio
y a obligarnos, todos los días, a rezar por ella,
por su prosperidad y su abundancia.
Cada cumpleaños de la directora,
las niñas depositábamos nuestros ahorros
/en un sobrecito de papel.
Cada cumpleaños de la directora,
las niñas bailábamos, decíamos poemas, recitábamos
/flores, loores, oraciones
y agradecíamos a Dios, infinitamente poderoso,
el haber permitido el nacimiento de nuestra directora,
que era tan caritativa y amorosa con nosotras que, para evitarnos la avaricia,
nos quitaba el sobrecito blanco donde
/guardábamos nuestros ahorros.
Cada fin de año,
nuestra directora viajaba a Europa,
y nosotras nos quedábamos en casa, ahorrando,
otro poquito,
porque el otro año,
con la misericordia de Dios,
nuestra directora cumplirá un año más.
VI
Las niñas se levantan la falda y paren.
Paren.
Paren niños delgados como ellas.
Apenas aprenden a caminar, los niños se caen.
Apenas hincan el diente en el pan, los dientes se caen.
El pan es muy duro,
los dientes son débiles,
los dientes son de leche, como dicen las abuelas.
Los niños nunca han tomado leche:
ni siquiera una gota
se desprendió del pezón magro de la madre.
El calcio solo viene de la leche y de los huesos, dicen las abuelas.
La leche está muy cara.
La leche está muy lejos.
Por lo tanto, los niños optan por los huesos.
Los niños comen los huesos,
mastican huesos,
van dejando un diente en cada hueso partido.
Pero el hueso tiene fuerza en la médula,
y la médula los va convirtiendo en unos niños enormes,
malogrados,
ojerosos.
Ojos turbios.
Y los niños van mordiendo lo que encuentran en el camino.
Muerden a los perros,
muerden a los gatos,
atrapan a las palomas,
les rompen las alitas,
y chupan cada hueso de la alita,
tiran las membranas.
Escupen los corazones de los pájaros.
Los niños van creciendo.
No son débiles como las madres.
Siguen encontrando en el camino a las vacas y los caballos,
encuentran los vehículos, rompen los cristales;
encuentran las casonas, rompen las rejas.
Y los niños,
con sus dientes astillados,
con sus dientes malcrecidos,
con sus dientes podridos,
van mordiendo lo que encuentran en el camino.
Y muerden,
sobre todo,
la mano que los alimenta.
Los niños muerden
incluso
la yugular de esa niña
que es su madre
I
Soy buena porque abro las piernas.
Yo crié las ovejas,
yo degollé las ovejas,
y zampé sus cabecitas blancas en estacas alrededor de mi casa.
La gente sabía que yo era buena
porque cerraba mis piernas únicamente el día
/que destazaba las ovejas.
Yo era tan buena:
la falda subida, las piernas abiertas,
que las gentes pensaban que las cabezas de las ovejas
/eran mis muñecas,
cosidas con mis manos,
pegadas con mi saliva,
bellos labios rojos
pintados con la sangre que brotaba de entre mis piernas.
Si cierro las piernas, ya no seré buena:
de mi sangre brotarán los hombres más infelices.
Y usted me dejará
con el hociquito listo,
la falda rasgada,
y mis ovejas perdidas
balando,
aullando
Lejos.
II
Parí
cuantas veces pude
los hombres de la nueva raza.
Pero solo lo terrible se desprende de mí:
cuánto coágulo,
cuánto plasma,
cuántos hombres que se degüellan como yo degollaba a mis ovejas.
Nunca fui de coleccionar objetos
ni tuve color o animal preferido
Tenía tres opciones:
Como si no le hubiera visto. Meterme a la casa. Que muriera.
Alimentarle. Que igual muriera. Llorar su ausencia
Meterle a la casa.
Alimentarle
curarle el ala, dejarle volar.
Llorar su ausencia
Este es uno de esos cuentos de historias cruzadas
con un símbolo que actúa de hilo conductor
donde lo poético se traslada al plano real
y lo realmente real no se hace evidente
hasta que no ha sido leído en estado de búsqueda
Es de esos cuentos en proceso,
de los que se maceran lentamente.
Comienza un día en la cama
con una especie de iluminación o preclaridad
Era Semana Santa,
caía la gran lluvia en Santiago de Atitlán.
Las alfombras de serrín que tapizaban todas las calles se iban diluyendo
y a mí se me venía a la cabeza los histéricos que lloran en Sevilla cuando la lluvia
y la anécdota de Miguel, que pisó una en casa de sus anfitriones en La Antigua, y ya nunca lo atendieron con el mismo cariño
Poco antes había botado un arroz con chocolate, no me agradó
Compramos dos pajaritos de madera, dos artesanías, una para mí, otra para regalo.
Le gustó que la colgara dentro de la mosquitera, bailando sobre la cobija chapina, comprada también ese día, también con quetzales bordados. Me lo dijo la misma noche que volvió a San Salvador.
- No. Creo que lo cambiaré de lugar
Le dije eso no por ser grosera, sino porque fue después de mi iluminación y ya tenía yo esa voluntad de cambio. De paso, le hacía saber de mi determinación de liberarlo, como si al levantar la cabeza y volver a mirar, fuera a entender de golpe la imagen: él era el pájaro que sobrevolaba forzosamente mi lugar más íntimo, de donde no se podía ir, porque, a pesar de que la mosquitera tenía salida, estaba colgado del cuello, y además, era de madera)
No me acuerdo cuándo lo puse ahí, de hecho creía haberlo hecho nada más llegar de Guatemala, cuando él todavía estaba... Sí me recuerdo a mí misma tumbada, mirando la panza del animal, satisfecha, pensando que cada vez que lo viera me acordaría de que una vez estuvo encima mío, aquí, que lo dejé volar por amor a sus alas y que no morí.
Otra vez sobre el tiempo...
sobre la excitación
sobreexcitación
sobre la histeria
sobre la (des)organización
sobre los fantasmas,
las armas, la incertidumbre, la incredulidad y el escapismo
sobre la montaña rusa
y su mecanismo
voy a escribir sobre el mecanismo de la montaña rusa
reconectar, deconectar,
sobre detonar
Mi corazón como el de Santa Ana
que vibra con Marco Antonio Solís en una tienda de zapatos chucos
y con el perifoneo de una pick up
y con los gritos bayuncos de los bolos en domingo
a la puerta de una abacería donde venden perros
Mi corazón como la ruina de Santa Ana
con un jardín acondicionado y una pilastra rota
a la espera de un nuevo movimiento.
Una vez fue el cuartel de un gobernador
con sus símbolos masones y sus vidrieras
y ahora una instagram azul
Mi corazón como el sorbete de arrayán mezclado con coco y mora
con Cármenes Miranda que pasean y postean
tan lindas, las amigas, con olor a papa y marañón
Mi corazón como el dispensador de jabón automático
y como el expositor de tortas, cincuentero, metálico
Mi corazón a ritmo de gas
entre cafetales, atardeceres, árboles de amate
y bicicletas
Mi corazón en Izalco
se asusta con el carrusel infantil
se anima con el comal
se endulza tanto que a piña vieja huele
se moja frente a la farmacia
Mi corazón reguetonero
cangrejo, tiburón, con todos los estímulos se excita
mi corazón de domingo
con un vestido blanco y un sombrero ridículo
Mi corazón puede con todo
mi corazón todo lo puede
mi corazón polifónico
con todo late,
antropofágico, salvadoreño
Mi corazón de nance,
mitad de nance
mitad de fuego
Y lo que no tenía que hacer, lo siento, también lo hice
Te hablé de amor revolucionario,
De dejarte ir
De amarte libre
[De (querer) dejarte ir,
De (querer) amarte libre]
Lo escribí, como en un acto de piscomagia
Si convertía en letras ese querer hacer,
si corporeizaba en signos ese deseo,
si pensaba que la tinta del bolígrafo era la sangre que iba
a dar alma a mi intención…
si cambiaba ese deseo de estado (de la idea gaseosa a la
intención sólida),
de soporte (del interior de mi cuerpo al exterior del papel)
y de vehículo,
Al sacarlo de mí, y dotarlo de alma, de cuerpo y de sangre,
tendría vida propia, ya no sería un deseo, sería real.
Fallé en el truco, tendría que haberlo dejado allí donde lo
escribí, o tal vez tendría que haberlo tirado al mar, o dejarlo fuera, y que la
lluvia lo mojara, que se diluyera un poco,
bautizarlo de agua, posibilitar su estado líquido también y que fluyera
libre.
En cambio (sin querer – o mi inconsciente sí quería- pues
fue un psicoacto empírico), lo aprisioné.
Así sucedió:
Yo creía que si te daba la carta, al ser leída, al
incorporar un nuevo sentido, la vista, le asignaba realidad, lo uno es real al
ser percibido por el otro.
Si te la leía en voz alta, con mi voz, le añadía verdad.
Te di la carta, y el resultado fue que tus ojos la mancillaron, tu percepción alteró
su esencia, y mi voz la resignificó de mí.
Entonces lo que primero fue deseo y después fue realidad, se
convirtió en promesa, al hacerte cómplice, y mancharla con lo que dejaste de ti
y dejé de mí en ello.
ven, ven, vuelve conmigo, tendrás conflictos.
que no te llamen a filas
no te pongas el uniforme
quiero sacarte de ahí
por no romper el muro de tus genes
de tu falso deber
por no quedarte conmigo
regresar para sufrir
y sufrir porque has errado
y sufrir por tu entorno
ven
yo tengo las candelas preparadas
el viento sopla rico en noviembre
los pelícanos sobrevuelan el pacífico
como siempre
ven
ven conmigo a la cama
en esta noche de luna sonriente
no vengas en sueños
te quiero presente
me duele la garganta
de pensarte
por no poder preguntar cómo estás
qué sientes
si te han llamado
si tienes miedo
qué opinas de esto
porque te voy a llorar, una vez más
y te voy a pedir que vuelvas
y a decir que diste un paso atrás
un traspiés sobre lo que has andado
aunque no vengas, y no me escuches
porque no te hablo
quiero que te atrevas
a continuar lo que empezaste
llegaste a construir un tejado
y no tenías casa
llegaste por irte
y ha sido nefasto
Dime que me equivoco
que estás bien
que estás feliz
que fue la decisión acertada
y si no lo haces
y si no lo sientes
entonces ven,
ven a mi guerra
que eras libre porque yo lo era
¿Y cómo llego al cardumen? No es serendipia. Yo no me acerco a cardumen, cardumen se acerca a mí... Luz llama a luz, aunque yo esté sorda, como los gatos blancos. No viene por voluntad propia, no es alea, ni albedrío, yo lo llamo. No golpeo a su puerta... y cardumen igual viene (aún no entra). Le arrastra la energía que me envuelve, la luz que se expande.
Un cardumen es un grupo de peces (escuela) en donde la suma de pequeños movimientos individuales resulta en un movimiento ordenado grupal, una bola, un fluido inteligente. Ninguna parte individual DECIDE aquí el comportamiento grupal, simplemente ESTIMULA, PROPONE y todas son en mayor o menor medida capaces de modificar el todo.
La razón de encardumarse (si es que existe el verbo) es defensiva... una masa grande confunde al depredador. Pero estar a la defensiva no es ser pasivo. El cardumen es un organismo formado por individualidades... individualidades similares, eso sí... son peces pares. El pez elige ser parte del cardumen.
Científicamente un cardumen no tiene porqué estar compuesto por seres de la misma especie, pero necesariamente han de ser parecidos, en tamaño e intereses....
El cardumen es un microcosmos donde cada pez asume roles flexibles: uno a veces está en el centro, dejando que la fuerza del colectivo lo arrastre con menor esfuerzo; otras nada al borde de la "mancha", donde está más expuesto al peligro...
Pero siempre, siempre, el pez está protegido por un fluido que segrega y que le permite navegar con mayor facilidad... Este fluido es una balsa de aceite en el cardumen. Es el bálsamo comunitario que permite la reproducción. Es el fuel con el que el cardumen fluye naturalmente, sin oponer resistencia.
Desde enero hago parte del cardumen de La Comunidad de Cultura y Comunicación Abierta de El Salvador, que continúa navegando, acogiendo nuevos peces... unas veces me sitúo a la cabeza y otras en la retaguardia. Todo un proceso de aprendizaje colectivo, de alimentación de grupo de pares, de reflexión sobre los procesos, sobre los mecanismos de conectividad con nuevos cardúmenes... Tratando de poner en práctica la teoría aprendida sobre diseño de la participación, creación de red... El proyecto, que se "diseñó" pormenorizadamente, ha evolucionado, se desparrama, se sale de las normas preestablecidas, va mutando, por su propia organicidad... Sin embargo me preocupa que se vaya a la deriva ¿Cómo hacer para confluir organicidad con organización?
El momento en el que estamos es de retroalimentación de los miembros que se reúnen semanalmente. Hemos realizado varios talleres de aprendizaje de herramientas tic de nosotros para nosotros, y en eso es lo que hemos invertido más tiempo y a lo que se resume nuestra acción.
También hemos ocupado herramientas que permiten que compartamos información hacia afuera (la web, la fan page, twitter). Por tanto, hasta ahora ha sido una etapa introspectiva (asentamiento de las bases para "crear un pequeño grupo", alimentación de las necesidades básicas de los integrantes, voluntad de compartir,información, pero no de interaccionar).
El sábado que llega comenzamos a impartir talleres para otros (el primero es uno de stop motion), es decir, a prestar un servicio a una comunidad (pero reducida). También hemos tenido espacios para la presentación del grupo (en el Día de Internet, en el Centro Cultural de Honduras y una "open party" o jornada de puertas abiertas).
Este viernes vamos a participar dentro de un encuentro de colectivos de arquitectura social, promovido por la Red Arquitectura Expandida, va a ser una oportunidad de establecer sinergias con otros cardúmenes... no podemos desaprovecharla. Es uno de los retos: una vez conformado el grupo, trabajar junto a otros... en este sentido tenemos pendiente encontrarnos con las comunidades de software libre de El Salvador. Otros pendientes importantes son crear productos... hasta ahora ofrecemos conocimientos, pero es necesario crear una herramienta para el bien común. Hemos lanzado la convocatoria de creación de un banco del tiempo digital, pero habremos de ser muy responsables y volcar nuestros esfuerzos en que se haga realidad, y aunque lo importante es el proceso, y se van consiguiendo intangibles, es hora de sacar adelante productos. ¿Claves para conseguirlo?
Por contextualizar un poco, ahora que llego al final de la entrada. El proyecto de la CCCAsv surge del Programa del Centro Cultural de España: Cultura Digital y Gestión del Conocimiento, en el que se engloban tres proyectos: el medialab (aún no montado fisícamente, la radio on line del centro que, al igual que el medialab aún no se ha montado físicamente, y la concientización sobre el uso de software libre). Este programa se ejecuta en el espacio físico de La Casa Tomada, un lugar que pretende ser una adaptación al contexto de El Salvador del modelo de la Tabacalera en Madrid. Se decide encontrar un grupo que investigue y trabaje con Cultura y TIC's para que se apropie del espacio y lo gestione. Ante la inexistencia, se decide conformar el grupo y acompañar su fortalecimiento, aunque sea un trabajo a largo plazo y con más frutos intangibles que tangibles. El proyecto de la CCCAsv se inspira en los grupos de Cultura Abierta del 15M, en los grupos de investigación sobre cultura digital, código abierto y procomún de Medialab - Prado, en iniciativas como http://www.comunitats.org/, en colectivos de educación artística como Transductores y en personas activistas del movimiento de cultura libre, como Kamen Nedev y Cristina Riera.
El acceso a internet en El Salvador es del 16% de la población, y solo llega al 4% de los hogares salvadoreños (dato del 2009). La brecha digital es un problema real en el país, cuyo gobierno no asume políticas de accesibilidad y que hace apenas un mes acaba de poner en vigor la ley de acceso a la información (año 2012)
Llego a mi casa.
Llego al trabajo.
En los dos sitios.
Me acuerdo del libro de A.M. Homes.
- ¡Vaya!, ¡vacíos que se visualizan! ¡justo ahora! ¡Qué metáfora más bien traída!.
a la puerta de mi casa
a la puerta de mi trabajo
<<Todo podía haber sido un sueño extraño,
una alucinación; sólo que allí estaban las pruebas, los restos, la sustancia
pegajosa. Como en un secuestro de alienígenas, se lo habían llevado, sondeado
y devuelto, y él se preguntaba qué habría pasado. ¿Volvería a sentirse el
mismo que antes? ¿Y, para empezar, cómo se sentía? No se acordaba. Se colocó en el punto de la casa donde dos
gruesas lunas de cristal se juntaban y una esquina afilada sobresalía encima de
la cuesta, como la proa de un barco. A sus pies, a la izquierda, estaba la
depresión, la hendidura. Casi pensó que crecía mientras la miraba: más ancha,
más profunda. «Algo ha sucedido, no lo olvide», le había
dicho el médico.
Fragmento de "Este libro te salvará la vida" de A. M. Homes >>