viernes, 19 de octubre de 2012

Cura sana. Capitulo 8

- Todas mis estrategias para recuperarle están fracasando, les dije a los poetas atravesando la Roosvelt, antes de enchilarnos y ver morir a Carlos delante de un platillo de aguacate.
Ni psiquiatras, ni madre, ni amigos... Yo como el hijo del pescador, que sabe que cenará abundante aún cuando su papá todavía no ha lanzado la pita del anzuelo ganador, así tengo la certeza de que me daré un festín cuando os hable de amor.
Conté a los poetas que te cité el tiempo líquido de Bauman, en respuesta a tu poderosa razón sobre la inmensidad de muchos meses y la inmensidad de 1 oceáno + 1 continente y 1/2 entre nosotros. Viendo que la filosofía posmoderna no había sido efectiva, continué con la teoría de las almas gemelas. El truco por la vía del espíritu tampoco resultó afortunado... ¡mira que son imágenes poderosas ambas!
- Cariño podemos expandir, encoger y malear el tiempo, ¡somos líquidos!, ¡qué importan la distancia y el espacio, si somos líquidos!
- Cariño, tú que has tenido la fortuna de coincidir con tu mitad y la abandonas a sabiendas, tendrás que pagar tu desagradecimiento el resto de tus vidas hasta volver a encontrarnos.
Nada. - El universo tiene un alma única, fue tu respuesta.
Te puse el vídeo de la lectura de Benjamín Prado sobre El Salvador, le decía al poeta de la sonrisa de luna creciente. ¡Mi vida, que si dejas de quererme no habrás estado nunca aquí, no habrás visto a los pelícanos volar sobre la playa del Cuco! - No voy a matarte nunca, mamasita. Le dije a los poetas que me contestaste.

Cura sana. Capítulo VII

No quiero escribir aquí. No quiero dejarte ir, pero lo hago. Lo hago. Toco este globo y tiene el frío del suelo. Con este acto espero nacer. Las lágrimas con las que llore mi muerte saldrán de mis ojos cuando nazca, pero será otro río. Mi muerte no será dejar morir, dejar que ocurra, morir lentamente. Será matar. Matar todo lo viejo Asesinarte eficazmente. No permitiré pensarte en nuevas vidas. Te mataré. Y punto. No irás a ningún sitio, ni arderás, ni volarás a otros lugares. No te reencarnarás, solamente no existirás.

Yo sin embargo, sí. Yo floreceré como florecen los geranios en las terrazas de invierno. La misma flor se marchitará y volverá a crecer roja de su tallo escamado.  En este nuevo nacer, seré madre. Daré vida. Pero antes de eso, se quemará mi alma y calentará con fuego mi vestido azul, lo fulminará. Y no lo veré, pero habrá sucedido. Entonces, me pariré en el agua y, cuando mi cabeza salga a flote, posiblemente ya no tendré los ojos azules. No podré ver el mundo en su forma por el escozor de la venida y del agua. Habrá estrellas de luz mojadas. Haré un viaje de colores y reflejos, e inventaré un nuevo día.

Por mi 0 cumpleaños me regalaré una vida. Sembraré, seré polen, un campo de flores voladoras

lunes, 8 de octubre de 2012

Cura sana. Capítulo VI

Sentirse en el mismo centro del centro de gravedad de la Tierra
Ser el eje inamovible sobre el que todo gira
Vaciarse y llenar el vientre con el universo
Ser más humana que nunca, menos animal
Ser carne, reencarnarse
Encapsularse no pudiendo oir, no ver, no oler, no tocar, no saborear
y Oir, Ver, Oler, Tocar, Saborear
Sincronizar lo espacial y lo temporal:
así se sincronice - así se aniquile
y una vez desprendido, desaprensivo
Aparecerse



lunes, 1 de octubre de 2012

cura sana. capítulo V. Octubre


Quien así, con los labios apretados en el centro de tu médula, duerma