martes, 23 de julio de 2013

Adrián

Veo a mi hermano que transita el mundo tranquilo,
como si fuera piedra asentada en cualquier campo de musgo verde,
mecido por la humedad de la tierra viva.

Veo a mi hermano que bebe del agua
de arroyos imperturbables
y no conoce la palabra sed
porque todo le nutre
lo nutre todo

A mi hermano veo en esa ciudad,
que es cualquiera, es todas las ciudades,
subiendo a los trenes, que son siempre su destino.
Flota mi hermano, no camina en el camino
No le moja el mar de mil caribes
no le asusta la verdad,
por eso vive

Ha leído, mi hermano,
ha citado a muchos hombres en sus libros
ha cantado con las voces de los otros
y sí, mi hermano ha reído, ha reído

No necesita nada, se tiene a sí mismo
y tiene una su manera de querer libre
que le hace ser desposeído,
y por eso,
todo tiene

Yo lo veo, lo veo con la lucha en los zapatos
y va sembrando hierbabuena
en los huecos de sus huellas

Pero no es mi hermano, mi hermano
de sangre
nuestro padre el barro
nuestra madre Centroamérica
nuestra brújula el sol
nuestro pulmón, el aire
nuestra tumba, la tierra