sábado, 10 de agosto de 2013

Cura sana. Tengo gripe. Capítulo 12

Hoy, después de tanto tiempo
me calambrean las manos de tratarlo,
no pude asirte, retenerte, agarrarte.
Las viste pegadas, como quien reza, apoyadas en mi frente, suplicantes

Me calambrean los pies de tratarlo,
no pude irme, acompañarte, seguirte
los viste vestidos, valientes, vencidos.

Me arde la garganta, supura.
Te grité fuerte todas las cosas
no me dejé ninguna palabra. Ni una.
Pasaron por tí, pero ni hoy te tocan.

Hasta hoy tengo escalofríos
y me duelen los oídos
porque no han sabido oir tu negativa

No recordaba que hoy te fuiste
porque he estado tratando de vivirme
pero la memoria que se esconde _me duele la cabeza_
le ha dicho al cuerpo: - estás enferma,
tienes gripe.

Esta enfermedad subrepticia
que aflora en ocasiones contadas
tiene efectos secundarios
Me he convertido, desde hace un año,
experta para dejar ir, y que me dejen
Hágase tu voluntad serpiente,
aparece y sacude mis espaldas
tal vez y me mates, no me abate
porque aún doliendo, porque,
porqueee...


* Hace poco un amante de los que te dejan me dijo: deberías poner música a tus letras. (Nunca, pensé yo). Sin embargo, mientras mascullaba la idea de la gripe como causa de la memoria corporal, me acordé de un verso de Neruda, cantado por Antonio Vega: "y de esperarte cuando no te espero, pasa mi corazón del frío al fuego" _y todas las demás, con delirio_