Al amor propio

Me levanto y veo en facebook viñetas, doodles, animaciones, versos sobre San Valentín, las manidas críticas a la celebración comercial y también cursiladas varias y pienso, y para tí qué?. Dos segundos más tarde me doy cuenta de que para mí el 14 de febrero es una fecha memorable. Estoy de aniversario.

Hoy, hace un año, llegué a la consulta de un médico exhausta. Ya sin lloros, ya solo gritos me salían, gritaba, me caía, asustada por mi descontrolado estado anímico, con vergüenza por haber llegado a ese punto... y sin esperanza. Hace un año estaba completamente bloqueada, la vida me tenía agarrotada y me sentía culpable por haberme permitido llegar hasta ahí, por haberme querido tan poco. Mi cabeza, completamente nublada, no encontraba estrategias de rescate, solo buscarlas dolía.

Lamentablemente pensé que había tocado fondo, y tuve que descansar. 28 años con un cuadro de depresión. El sistema es lo suficientemente agresivo como para no dejarte respirar, y sí, el detonante fue el estress laboral,  no poder encontrar la lógica a la aplicación de unas políticas laborales de contratación pésimas cuyo resultado era esclavizante y su consecuencia era vivir una irrealidad, componer tu mundo sobre la base de un simulacro. No encontraba ni la lógica, ni las armas para luchar. Muy sofisticado dilema imposible de resolver en mi estado.

Empecé a quererme, con ayuda. A cuidarme, y poco a poco, con ayuda, fui despejándome. Luego, _la vida siempre da sorpresas_ volví al disparadero... y otra vez, poco a poco, a caminar.

Así que, el 14 de febrero, para mí, será siempre el día del amor propio, de la búsqueda del sosiego y de la armonía con lo exterior. Pero claro, navegar sola por los abismos es complicado, gracias a la vida, no he hecho este viaje sola y hoy hay que agradecer a todos los que me han acompañado, que con tanto cariño me han dado de la mano y no me han soltado nunca.