miércoles, 7 de noviembre de 2012
Cura Sana. Capitulo 10
Ayer lloré porque no te olvido
aún canten las cigarras
caliente el fuego
suene la guitarra
aún se respire frio
no hay consuelo
Porque lo que eres ya no has sido
la pena se me agarra
y me anclo al suelo.
Pero el amor no amarra
toma nuevos caminos
y huye del miedo
Entre el cuerpo y el volcán un pasillo
tembloroso de diamantes
silueta el sol.
El camino rutilante
del lago Atitlán mío
lo dibujo yo
Lentas caen las olas sobre el muelle
y mecen al pescador
agua que canta
dulces letras con su voz
es de la barca el fuelle
que no quebranta
Entona que ha acabado el estío
que es madre la mojarra
junto al mirador.
Al norte de la barra
los cuerpos encuentran equilibrio
en el corredor
El atardecer del lago mío
acompaña vibrante
al trabajador
que descansa, come y antes
agradece a estas aguas su brillo
como lo hace el sol
Publicado por
Paula Álvarez Pérez
en
14:51
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Etiquetas:
poesía
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